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Wednesday, December 19, 2012
CARTA ABIERTA :A JOAQIUN ORTEGA, DE HMAD HAMAMD
CARTA ABIERTA
A JOAQUÍN ORTEGA SALINAS, Embajador de España en Rabat en 1990,
de Hmad Hammad, activista saharaui
Diciembre de 2012
En el nombre de Dios el Único el Misericordioso.
Sr. Embajador:
Quizás no se acuerda o no quiera acordarse de mí, que a veces la memoria hace indecibles jugarretas para borrar recuerdos incómodos. Soy Hmad Hammad, uno de esos tres muchachos saharauis que, en 1990, acosados por la policía marroquí, cometimos la ingenuidad de buscar refugio en la Embajada de España en Rabat (Marruecos). Usted era entonces el embajador de España en esa capital y, en lugar de concedernos el asilo que habíamos solicitado, nos entregó a las fuerzas de seguridad marroquíes, pese a que sabía muy bien que con ello nos condenaba a la cárcel y a sufrir terribles torturas e, incluso, la muerte, en una de las mazmorras secretas donde tantos hombres, mujeres e, incluso, ancianos, han desaparecido desde 1975 para siempre, por el mero hecho de ser saharauis.
Mis compañeros y yo cometimos la ingenuidad de buscar refugio en la Embajada de España. Pensábamos, ilusos de nosotros, que habiendo firmado España dos años antes la Convención de Ginebra sobre Derechos Humanos, estaríamos seguros en la embajada española, máxime cuando, además, mi padre era español por haber nacido en la provincia española nº 53 del Sáhara Español y con DNI español y yo mismo nací español y tuve DNI. Además, España sigue siendo hasta hoy (así lo ha ratificado la ONU) la potencia administradora del territorio no autónomo del Sáhara Occidental y, por lo tanto, está obligada por la Carta de las Naciones Unidas a defender al pueblo saharaui.
Pero usted, señor Javier Ortega, nos negó, no sólo el asilo al que teníamos derecho, sino cualquier clase de ayuda: ni agua nos dieron en su recinto (el de España), algo que en la ley de la gente del desierto no se hace ni con el peor de los enemigos. El colmo fue que se encargó usted mismo de meter a la policía marroquí dentro de la Embajada para que nos sacaran de allí. Todavía recuerdo en mis pesadillas los rostros de esos tres policías que usted dejó pasar para que nos detuviesen en lo que era técnicamente territorio español, dentro de su propio coche oficial.
Le diré, para que no quede ninguna duda de lo que nos ocurrió después, que los torturadores marroquíes hicieron todo lo posible para hacerme hablar, llorar y pedir piedad. Me arrancaron las uñas de los pies. Me torturaron con altas corrientes de electricidad en todas las partes sensibles de mi cuerpo y otras muchas formas de tortura en cuya práctica sus amigos marroquíes son expertos.
Todavía hoy me parece un milagro haber sobrevivido a ese sufrimiento insoportable e indescriptible. Sí, reconozco que en esos momentos grité de dolor y pedí a Dios que me llevara con él. Pero no lloré, eso sí que no, para que no pudiesen disfrutar del placer de verme humillado.
No sé cómo recibirá embajador esta carta, ni cómo la leerá, si delante de su familia o a escondidas, como hizo en su trabajo diplomático cuando nos entregó a los verdugos y asesinos del pueblo del Sahara Occidental. Seguramente sus hijos y nietos se sientan orgullosos de tener a un padre como usted, pero que sepan que destrozó a mi familia y a mí, que todavía sigo sufriendo las secuelas de esas terribles torturas.
Me gustaría saber: ¿Qué le dieron a cambio de mi entrega? ¿Un cargo, una promoción, una prebenda? He sabido después, que usted justificó su innoble acto por el temor a que nuestra petición de asilo causase problemas en las difíciles relaciones hispano-marroquíes. Pero, la verdad, no me cabe en la cabeza que la patria de Don Quijote pueda identificar patriotismo y defensa de intereses nacionales con un acto tan inhumano y tan indigno.
Es más, pienso que a gente como usted deberían juzgarla precisamente por haber quebrantado los intereses nacionales, porque la entrega de víctimas inocentes a sus verdugos, violando el derecho internacional por los cuatro costados, lo que pone en evidencia, aparte de su falta de humanidad y cobardía, es un país débil y miserable.
Los españoles entonces no tuvieron modo de enterarse de lo que había ocurrido porque ningún medio de comunicación informó sobre ello, pero que sepan ahora que en Rabat, todas las embajadas estuvieron al tanto de la ignominia suya, de la ignominia de España.
He de decir también, para los españoles que ahora puedan sentir vergüenza, que en todos estos años que han pasado nunca olvidé a otra persona que en 1990 formaba parte del personal de esa embajada, pero justo por lo contrario que a usted señor Ortega. Se trata del que entonces era comandante del Ejército español, Don Diego Camacho, que intervino con decisión y arrojo para intentar convencerlo de que no hiciese lo que acabó haciendo en nombre del prestigio de España. Todos estos años lo he llevado en el corazón, por su esforzada gestión, recordándole todas las obligaciones que correspondían a España, sin importarle, como ocurrió, que fuese represaliado por ello por sus superiores, privándole de su cargo en Rabat.
En los numerosas idas y venidas que he tenido que hacer a España desde mi liberación con el fin de someterme a revisiones médicas por las secuelas de las torturas que me inflingieron los marroquíes, he tenido ocasión de volver a encontrarme con Don Diego Camacho. De usted, en cambio, no he vuelto a saber nada. Ni siquiera en esta última estancia en la que, por cierto, he coincidido con la triste noticia de la tragedia ocurrida en Madrid en una multitudinaria fiesta juvenil que costó la vida a cuatro jóvenes. Dios las tenga en su gloria y a sus familias mi expresión de dolor y lo mismo a toda la población española con la que el pueblo saharaui se siente fuertemente unido.
No puedo dejar de pensar que esas jóvenes vidas arrancadas prematuramente por el infortunio, forman parte de una juventud que sigue mostrando su solidaridad con la tragedia del pueblo saharaui y que, desde 1975, viene marcando la diferencia con sus dirigentes políticos respecto a mi gente; marcando la diferencia con gente como usted señor Javier Ortega.
No sé por qué lo hizo, pero fuese por lo que fuese, ambición o cobardía me da pena que haya gente que ponga precio a su dignidad.
Que la sociedad española se lo perdone.
Hmad Hammad
Y la paz
Tuesday, December 18, 2012
Incitec Pivot must stop theft of Western Sahara phosphate
http://www.scoop.co.nz/stories/WO1212/S00267/incitec-pivot-must-stop-theft-of-western-sahara-phosphate.htm
Incitec Pivot must stop theft of Western Sahara phosphate
Tuesday, 18 December 2012, 11:52 am
Press Release: Australia Western Sahara Association
17 December 2012
Incitec Pivot must stop theft of Western Sahara phosphate
The Australia Western Sahara Association (AWSA) will be protesting at the IPL AGM outside the Melbourne Exhibition Centre, 2 Clarendon St, Southbank as shareholders arrive from 1.30-2pm, Tuesday 18 December.
Incitec Pivot Ltd (IPL) has announced no plans to phase out their imports of phosphate from Western Sahara, sold by the Moroccan company OCP, which has no legal title over Western Sahara phosphates.
Wesfarmers, on the other hand, has placed a hold on such imports for the coming year. Meanwhile, fertilizer companies in other countries have stopped importing this phosphate altogether: FMC Foret in Spain, Mosaic in the USA, Yara in Norway, BASF in Belgium...
Incitec Pivot would like to portray itself as an ethical company operating legally, but it is not ethical or legal to import stolen phosphate from Western Sahara. Commercial dealings with Morocco in goods sourced in the country they illegally occupy lends support to the regime’s claim to the territory, although no country in the world recognizes its claim.
The Moroccan regime uses revenue from Western Sahara resources to maintain 120,000 troops on the military wall dividing the country and hundreds of police and security services to suppress the Saharawi people. Buying Western Sahara phosphates from Morocco also impedes the United Nations’ efforts to organise a referendum of self-determination to resolve the conflict.
The Saharawi people have no say in the exploitation of their natural resources and obtain no benefit from it. They are protesting and we are supporting their protest. The president of the Saharawi organisation to protect natural resources (CSPRON) is in prison without trial for over 2 years, along with 23 others. Even under Moroccan law it is illegal to be held for more than a year without trial. Their crime? Protesting the plunder of the natural resources of Western Sahara and asking for basic rights in their own country.
The Australia Western Sahara Association (AWSA) endorses the resolution of the European Parliament on 13 December 2012 where it expressed "its concern at the deterioration of human rights in the Western Sahara" and called for "the fundamental rights of the people of Western Sahara, including freedom of association, freedom of expression and the right to demonstrate, to be respected". It also called for the opening of the territory to independent observers, NGOs and the media.
It is time for Incitec Pivot to stop the illegal plunder of Western Sahara phosphates. We urge Incitec Pivot to put a hold on their imports from Western Sahara until the illegal occupation is ended.
Further information:
awsa.org.au
wsrw.org
ENDS
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